lunes, 13 de octubre de 2014

CARTA A UN JOVEN PRODUCTOR

Querido Productor de los proyectos
En la sombra tus ojos; 
y, El barco inmóvil de mis sueños:

No te descorazones con este proyecto, todo tiene solución y nada es tan definitivo. Aunque eres bastante decente para desertar, noto que poco a poco vas perdiendo ánimo a causa de los inconvenientes ocasionados por terceros y esto sí que me preocupa, porque es tanto como si yo mismo comenzara a desilusionarme. Hay gente que forma parte de los proyectos, que formará parte de los proyectos y otros tantos que se relacionan indirectamente con estos, a quienes no les podemos menospreciar su confianza; esa actitud no es propia de un artista, ni de un hombre. No es ético. Por el contrario, toda esta circunstancia requiere de valor, de actitud positiva (no ingenua ni optimista) y asertividad; como la vida misma, requerimos de encontrar soluciones a cualquier inconveniente, formas, modos y herramientas que sumen y sirvan para avanzar, nunca para restar o eliminar. El pretexto de los malos actores es que “ya no tienen tiempo, energía o interés” en un proyecto que habían decidido realizar, aun cuando la parte difícil del proceso no había comenzado; indolentes al tiempo, energía e interés de los demás, simplemente desertan y sin bien por una parte es mejor siempre alejarse de aquello que resta, esto no modifica las características negativas una deserción.
Es verdad que Lorena renunció como Saúl y Mónica, pero actores o gente dispuesta a actuar hay a montones y esto forma parte de los procesos a través de los cuales se construye la confianza y se construye un equipo de trabajo. Quizá muchos no lo vivieron porque tuvieron la fortuna o el buen tino de amarrarse desde que eran estudiantes y esto se puede ver con muchos trabajos en los que no hay teatro, pero sí voluntad de seguir haciendo juntos.

También es verdad que todo lo anterior es un problema y retrasa lo planeado, pero como se dijo antes, toda obra de arte es en realidad un proceso que va teniendo parámetros como presentaciones "work in progress" o temporadas, pero no tiene límites ni puntos límites en lo que respecta al proceso y de allí, quien no soporta ni siquiera el planteamiento de un proyecto está destinado al fracaso, está destinado a pasar de una propuesta mediocre a otra, de un trabajo completamente intrascendente a otro, cosa que sucede hasta en el teatro que podríamos denominar “Profesional e Internacional”. Nadie va a recordar Beauty Free Helena o Autorretrato en sepia, excepto por el desperdicio de recursos, sin embargo El lado B de la materia a mi parecer es trascendente, aun con todas las acusaciones de plagio que ha pesado siempre sobre A. Villarreal, pero así somos los mexicanos el “plagio” no nos importa hasta que está bien hecho, tanto que deja de ser un “plagio” y deviene en discurso personal. De aquí que quien está, está en referencia al (los) creador(es) de una propuesta escénica. Pero si tú consideras que a causa de aquello que es anexo al proyecto y que en este momento se agazapa en su cobardía, por eso no vamos a ningún lado, entonces le estás restando relevancia al planteamiento del proyecto; y si algo sé, es que la desesperación propiciada por una urgencia de inmediatez, no es un acto creativo.

Quizá parezca equivocado en este mundo nuestro en que se procura la sobre producción de objetos de mercado, la saturación de desechables, pero ninguna obra maestra ha estado exenta de los problemas que ahora nos aquejan, ni ha sido manufacturada con premura o basándose en los lineamientos del sistema en curso. Y aquí vuelvo de nuevo a Villarreal y me refiero a esa plática que les dió en el curso de Laboratorio donde decía que lo importante es buscar gente que confíe en ti, en la que tú confíes, con quien se pueda trabajar independientemente de las circunstancias, porque saben que está construyendo ese “algo” que es en sí una poética. Quien se va, quien no está, quien claudica como hacen todos los desertores, nunca estuvo en realidad; pero estos desertores no determinan las posibilidades de un proyecto, los alcances del mismo o la verdad de una búsqueda y en ese sentido, los desertores son un problema no un foco rojo. El compromiso existe y el proyecto se mantiene mientras quienes construimos el proyecto sigamos con claridad en la ruta de este quehacer creativo. Pero como también es claro, nada los ata al proyecto y por muy inmoral y poco ético que me parezca, el mundo les ofrece una infinidad de “pretextos” y argumentos morales, burocráticos, económicos, etc., para decir finalmente que desertan porque no vamos a ningún lado, como si el mundo ofreciera un lugar al cual ir, como si no fuéramos nosotros mismos quienes hacemos ese lugar al cual ir y como si “no ir a ninguna lado” no fuera responsabilidad de nadie más que nuestra.

El mundo olvida pronto y está en constante cambio, si ahora nos vamos y no volvemos, en seis meses nadie nos recordará, por lo que ninguna puerta se cierra del todo. Y además, un proyecto interesante, que tiene algo que decir, encontrará siempre una puerta abierta: la adecuada.

Considero que los procesos amateurs o semi-profesionales, que parece ser todos los del teatro marginal, es decir, aquellos que llenan de butacas vacías los pequeños foros en La Ciudad de México, tienen un proceso de construcción del “montaje” muy caótico, poco serio, sin compromiso ni responsabilidad en donde el director y el equipo creativo se da por bien servido de llegar a las ocho o dieciséis funciones que siempre van a menos, mismas que no tienen ninguna significatividad para nadie; y esto hace pensar que no se puede comprometer a un espacio, una institución o foro par a abrir los espacios a un proceso digno y real; y así, el arte va siendo determinado por la burocracia. “Hacer teatro” no es moverse sobre la escena, no es memorizar y decir un diálogo, no es cambiar luces ni recibir aplausos de los cuatro o cinco asistentes, no es invitar a los mismos amigos y a la familia a cierres y aperturas para que nos vitoreen. Hacer teatro “es-algo-más” que se encuentra sólo y únicamente en el proceso y para eso se requiere de un espacio digno. Así es como se hace el teatro profesional en México y en el mundo, es esto lo que le da su calidad de “Profesional”. Es únicamente en el proceso donde se encentra la Verdad Escénica.

Me pregunto cómo alguien puede tener siquiera el 50% de un espectáculo sin pisar un espacio de ensayos, sin contar con los elementos necesarios para funcionar dramáticamente sobre el escenario, trabajando con la mendicidad de las aulas universitarias sin ser un recurso más bien un “ni modo”. Todo objeto artístico requiere de un espacio propicio de trabajo y esto define la diferencia entre una obra de arte y una artesanía. Y es por esto que aun cuando el proceso se alargue, no se pierde; y es por eso que aun cuando el proceso se retrase no es interminable. Y de allí la imperiosa necesidad de encontrar un equipo de trabajo basado en la confianza.

Asimismo, me ha sorprendido de la poca confianza y el poco compromiso de nuestros actores desertores a quienes les he visto cualidades pero nunca un trabajo digno. Podrías pensar que es a causa de las inconsistencias técnicas en el inicio de este proceso, pero sería injusto para con nosotros, para el trabajo que hemos realizado especialmente cuando en principio dichos inconvenientes no fueron culpa nuestra y sobre todo cuando se buscó siempre proporcionar una adecuado ambiente de trabajo, cosa que me parece fundamental para elaborar un buen proyecto, como he dicho antes. Ser profesional comienza con la prefiguración de la idea, con los medios y los mecanismos para alcanzar un objetivo. Ensayar en el parque dela esquina y presentarse únicamente para decir que algo se presentó, es una actitud poquitera y mezquina. La ciudad está saturada de propuestas mediocres, mal hechas, sin imaginación, maquiladas por esclavos del arte quienes no tienen nada qué ver con lo realizado porque lo realizado se sustenta -la mayoría de los casos- en banales expectativas de éxito comercial (aun cuando hablamos de alta cultura) o pedantes pretensiones artísticas de quien sustenta el tráfico de influencias, que para todos los casos se trata de un director de moda en ciertos círculos.
Siendo así, la viabilidad y factibilidad de estos proyectos no es mayor ni menor que la de cualquier proyecto que comienza y lo mismo sucede con las dificultades que hemos tenido. Con todo, me parece que tenemos más posibilidad de soluciones que obstáculos, pero se requiere de una apuesta de Fe. Sin embargo, estoy consciente de que toda mi vida he tenido que luchar frente a la “meritocracia”, frente a la desconfianza infundada y el abandono, pero esto no puede ser sino síntoma de un medio que teme perder su mina de oro y me refiero en este caso, en todos los niveles y en toda la historia. Personajes desde Aristófanes hasta Bukowski, por ejemplo, han pasado por lo mismo:
…aprender a ganar es difícil, / cualquier idiota puede ser un buen perdedor… / y si tienes capacidad de amar / ámate a ti mismo primero / pero siempre sé consciente de la posibilidad de / la total derrota / ya sea por buenas o malas razones… / y como las araña sé / paciente, / el tiempo es la cruz de todos. / más el exilio / la derrota / la traición / toda esa basura. / agarra una buena máquina de escribir / y mientras los pasos van y vienen / más allá de tu ventana / dale duro a esa cosa / dale duro. / y recuerda a los perros viejos, / que pelearon tan bien: /Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun. / si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas / como te está pasando a ti ahora, /sin mujeres / sin comida / sin esperanza... / entonces no estás listo / toma más cerveza. /hay tiempo./ y si no hay /está bien /igual.

Así que, mi estimado Productor, he tenido un presentimiento contigo desde el principio y entiendo tu carga de trabajo, el temor de que tu nombre como productor quede en malos términos frene a los colmillos de las instituciones, tú desesperación por la marejada de tiempo que viene encima y se va y no vuelve, pero no existe otra solución más definitiva que HACER y lo que se tenga que hacer se hará con quien se tenga que hacer, con quien nos brinde esa confianza y esa labor artística sólo encontrada en el trabajo constante. Toda confianza es siempre bien retribuida. Pero lo que considero más importantes es que, a pesar de las dificultades, una vez presentado este proyecto habremos encontrado un equipo de trabajo y una metodología de trabajo y así, lo demás vendrá por añadidura.

Publico esta respuesta con la esperanza de que los desertores lean el contenido, de que cualquiera lea el contenido y replantee su perspectiva respecto de sus procesos creativos; para dejar en claro que no se trata de lo que acontece en este proyecto sino de la acción personal en todos los casos.

Aquellos que formemos parte de este proyecto y que a la postre habremos de convertirnos en este proyecto tendremos una conciencia moral, ética y creativa libre y plena. Lo que no podemos, de ninguna manera hacer, es dejarnos permear por el desequilibrio propiciado por aquellos que se le van escondiendo a las vicisitudes de la vida, pues como diría el buen W. Shakespeare “El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.


A T E N T A M E N T E
Tlalpan, Ciudad de México, octubre de 2014

Antonio Mejía

miércoles, 1 de octubre de 2014

CONFERENCIA SOBRE META-TEATRALIDAD A CARGO DE LA MTRA. CECILIA FARÍAS CALDERÓN


Con un tema atractivo por su actualidad y una serie de participaciones del público que propiciaron una charla amena a través de una diversidad de tópicos, el pasado martes 23 de septiembre se realizó en el Salón de Actos Adolfo Sánchez Vázquez de nuestra Facultad, la Conferencia Meta-teatralidad y juegos de poder en “Bajo tierra” y “Clipperton” de David Olguín, a cargo de la Mtra. Cecilia Farías Calderón (Monterrey, México, 1990) Licenciada en Arte Teatral por la Universidad Autónoma de Nuevo León y Maestra en Performance Practices and Research por The Royal Central School of Speech and Drama (Londres, Inglaterra).
Además de su calidad internacional, el evento adquiere valor especial no sólo porque David Olguín es uno de los creadores más relevantes de la escena teatral mexicana contemporánea, también porque se relaciona con los actuales festejos por el Aniversario 80/25 del Colegio de Literatura Dramática y Teatro.
En su ponencia, la Mtra. Cecilia Farías mencionó que “Olguín hace uso de la meta-teatralidad como recurso para demostrar el juego entre realidad y ficción, pero no sólo como medio pensado a favor del carácter de espacio lúdico que requiere toda puesta en escena para ponerse en marcha. La meta-teatralidad trasciende y adquiere una propiedad metafórica debido a que los roles cambian constantemente en la incierta existencia de los personajes, y esto funciona como forma de creación de una nueva dimensión, reflejo de una realidad interior.”
“A partir de esto, Olguín reflexiona, critica y establece relaciones implícitas con su propio contexto mostrando que el estado crítico de la sociedad sigue siendo un reflejo del interior caótico del ser humano, a más de cien años de la Revolución.”
Esta Conferencia fue realizada en el marco de las actividades del Seminario Multidisciplinario de la Creación Escénica Teatral (SEMUCET), proyecto de investigación fundado por el recientemente fallecido artista y profesor de la Facultad, Mtro. Lech Hellwig-Górzyński (1945-2014), lo cual generó una atmósfera nostálgica pues dicha actividad se dedicó a la memoria del maestro, quien siempre trabajó para que el medio teatral mexicano terminara por afinar su identidad desde su narrativa personal, según el Lic. Antonio Mejía quien fuera Asistente personal del Mtro. Lech, y que en esta ocasión moderó la mesa. Asimismo, se anunció que dos conferencias más están planeadas para lo que resta del año, una titulada: Prácticas documentales para las artes escénicas, a cargo de la Mtra. Cecilia (16 de octubre de 2014); y la siguiente a cargo de la Dra, Paloma Medina de la Universidad Veracruzana, titulada: Elena Garro: creatividad, el pensamiento espiritualista y la teatralidad en su obra (7 de noviembre de 2014)

Finalmente se enfatizó en el objetivo del Seminario “que ha sido fomentar el diálogo entre los miembros del CLDyT con otros colegios, escuelas o profesionales del arte teatral; pero también entre el teatro y otras áreas de conocimiento”.