jueves, 19 de noviembre de 2015

REFLEXIONES DE LA 36 MNT (parte uno)

1.- Hasta ahora, de las reflexiones que he escuchado (llevo tres videos apenas) , algunas participaciones me han parecido interesantes y relevantes; la de la querida Eréndira Córdoba con Campos de Ruinas; y la de Gabriela Lac (disculpas si su apellido no está bien escrito, pero como la emisión de los videos está muy descuidado, pues...); la del chico de Reap Films y un poco la del chico de Teatro en el incendio
2.- Veo gente que con una mano desprecia totalmente al Estado y con la otra recibe su dinero.
3.- Creo que la novedad radica en el redescubrimiento personal del mundo no respecto a las formas de atacarlo. Una guitarra puede atacarse con cualquier objeto vibrante, una botella de vidrio vacía, un arco de violín y aunque esto es un recurso que le da cierta particularidad, la novedad, la autenticidad, la originalidad no se encuentra precisamente en ello; y, finalmente, las particularidades del instrumento y de la notación musical son inherentes e inevitables. Así, veo en los participantes y en las participaciones de la MNT una desesperada necesidad de innovar, de "expandir" pero a través de las formas materiales y superfluas y no de la reflexión de la realidad del mundo. Hay una insistencia en desaparecer la figura del director único, del dramaturgo y del texto, para ser distintos y renovados y para ello, hacen "poesía" en sus intervenciones. Si no lo creen, escuchen a Edgar Chías.
3.- El teatro mexicano (y me refiero a esos que están en la MNT, ellos son el medio culto del teatro mexicano) pretende reconstruirse, redefinirse y superarse a sí mismo pero a través del deseo de alcanzar al mundo y pienso que no lo logra por a) se hace desde y con una mentalidad paternalista, centralista y decimonónica de la que tanto se quejan; b) por ende se hace desde las instituciones, desde la burocracia, desde la necesidad de éxito a través de los temas y los modos de moda; c) se pretende hacer sin modificar la mezquindad del medio; y, d) no hay evento catártico, que convulsione los horizontes y obligue a pensarlo todo de otra forma, incluyendo el arte, como sucedió en Sudamérica con las dictaduras o en Alemania con la Filosofía.
4.- Muchos de los participantes parece que no saben o pueden explicar su trabajo y varios para negar las formas viejas y/o tradicionales banalizan el discurso a través de un montón de frases cliché. Esto deja entrever que los criterios para determinar y evaluar a los participantes no es tan distinta a pesar de las buenas intenciones.
5.- Hacer mucho teatro no implica hacerlo bien
6.- Yo me pregunto si el teatro de OCESA o de inversión netamente privada no es también nacional. Considero que sería interesante conocer sus formas de articularse.
7.- La dura realidad del arte, del teatro, de los medios de producción, de los cacicazgos en foros, instituciones y relaciones del medio, de las políticas culturales en general en México, hasta ahora no lo he visto planteado sobre la mesa; considero que eso es lo que interesa.
8.- Parece que hay un terror exacerbado por comprometerse con una opinión propia acerca de la realidad del mundo, pero al mismo tiempo una manía de tirar moralejas.

EL CRÍTICO NO ES UN ESPECTADOR QUE ESCRIBE

Leí la nota En defensa del espectador que escribe de  en Teatro mexicano.com.mx (http://teatromexicano.com.mx/5030/en-defensa-del-espectador-que-escribe/#comment-79) y la opinión me surgió casi sin remilgos. Acá la comparto porque, independientemente de la situación que la provocó, habla sobre ciertos aspectos de la crítica que me interesan y de refilón, vierto mi opinión sobre la obra "Reincidentes" de Alonso Ruizpalacios, la cual me pareció tan torpemente sosa que  en su momento no quise ni escribir al respecto. Atentamente: Antonio Mejía

Me parece que están confundiendo la gimnasia con la magnesia por varios puntos:
1.- Cualquiera puede escribir sus relatos y es válido, pero no cualquiera puede escribir crítica. Se habla aquí de una dramaturga y periodista, no de un espectador que escribe, porque además de saber de cierto que no a cualquier espectador que escribe se le publica, se supone que el crítico cuenta con ciertas herramientas y saberes y que tiene un rigor intelectual que no depende de subjetivaciones o estados emotivos sino de reglas muy concretas que si bien se expanden (concedo esto) no por eso deben perder su rigor científico. Asimismo el periodismo. Cualquier expresión artística está formada por una serie de elementos que pueden ser cuantificables, cualificables y que son irreductibles, a partir de allí se hace la crítica. El estilo del crítico es otra cosa.
2.- El crítico expone a través de sus saberes una lectura o traducción del trabajo del artista en pro del espectador; reducir o minimizarlo todo a la emoción, la autorreferencialidad egoísta o a tópicos tan desgastados como la censura para defender un trabajo mal realizado o que no concuerda con el espacio asignado es una falta de horizonte crítico. Si la reflexión y el análisis se delimita al sentimiento de compartir “algo íntimo” entonces no existe punto de discusión porque no hay discurso. Esto en gran medida ha ocasionado una serie de expresiones escénicas sin ningún valor estético pero que (para alguno) es meritorio de todo tipo de atenciones; y respecto a la crítica ha ocasionado su extinción. La realidad es que no a cualquiera se le ponderan sus miradas en un espacio dispuesto a la crítica.
3.- Como dije antes no se habla de un “espectador que escribe”, si así fuera no de tildarían de “vil censura” las muestras de desagrado a la crítica de una obra si bien es cierto que la voz popular no es ni debe ser determinante y que a veces se soslaya en algo o alguien. Sin embargo pasar por personal algo tan impersonal como una opinión en un espacio de esta naturaleza parece más un espaldarazo que una acción moderadora o precisamente crítica frente a un acontecimiento. Este tipo de reducciones de la complejidad genera que propuestas tan pedestres como la de “Reincidentes” tenga opción de situarse en el mismo nivel que producciones bien realizadas con más o menos escaparate. Si “cualquier apreciación o acercamiento de otro tipo está nublado por su experiencia”, es error de quien escribe, del texto crítico, porque si bien es cierto que todo pasa por las emociones, el oficio de escribir una opinión crítica (no hay más, es eso), debe -porque es su compromiso- ir más allá. De otra forma, cómo podemos valorar la opinión de Valeria y devaluar la opinión de quienes, con o sin razón, educada o groseramente, expresan su descuerdo.
Que te haya gustado o no “Reincidentes” depende de los horizontes críticos propios. Que sea una obra con o sin valor, depende de las características propias de la obra, de lo que propone en escena; y aquí asistimos a una obra cuyo único valor fu el del presupuesto que se le asignó.
4.- El crítico es un creador también, con su libertad de expresión y su libertad creativa y como tal tiene cierta responsabilidad frente a la obra, frente a la realidad y frente al otro. Decir que por esta libertad, se puede blindar todo trabajo elaborado, genera gethos y cofradías de artistas, críticos y curadores que en defensa de la libertad de expresión, son incapaces de expresar o recibir una opinión contraria, opuesta o distinta a la planificada o consentida.
Finalmente me parece muy peligroso poner a tan bajo costo conceptos como “censura”. Sobre todo cuando la situación de Valeria está en el nivel de las opiniones. Ahora que, si ella considera un ataque personal, desmedido y carnicero a su trabajo, qué mejor espacio para defender sus ideas.
Saludos.

jueves, 24 de septiembre de 2015

Mad Max: Fury Road




Según el Larousse ilustrado o el Encarta de esta época(Wikipedia), la Ópera es: "Ópera (del italiano opera, 'obra musical') designa, desde aproximadamente el año 1650, un género de música teatral en el que una acción escénica es armonizada, cantada y tiene acompañamiento instrumental. Las representaciones son ofrecidas típicamente en teatros de ópera, acompañados por una orquesta o una agrupación musical menor. Forma parte de la tradición de la música clásicaeuropea u occidental." y de allí se desprenden subgéneros como la ópera-rock. Si algo así pudiera hacerse en cine, diría que "Mad Max: Fury Road" es una Ópera-rock bastante bien lograda, a pesar del elemento feministoide metido con calzador que nada tiene qué ver con la Ópera, ni con el Rock ni con la saga de Mad Max (aunque se le pueda escarbar para determinar lo contrario), pues como el título de esta última entrega lo indica, la película se trata de Furia y no del Guerrero en el camino. Aunque conserva, exalta y redefine varios aspectos que dotaron de particularidad la distópica realidad pos-apocalíptica de esta saga incluyendo el "interceptor" (a pesar de ya no ser amarillo), no supera las películas anteriores, especialmente porque el centro del argumento y de la actuación del supuesto protagonista es más parecido a Mundo acuático; y porque por lo mismo, es obvio que a Tom Hardy (a quien considero buen actor) le hacen falta dos razones de peso que el Sr. Mel Gibson tuvo siempre consigo: el registro y el talento 
Emoticón wink
Con todo, me parece se salva, de panzazo pero se salva, en cuanto a su calidad como película (o sea, no es un churro); pero reprueba en cuanto al aspecto mítico del héroe de la carretera: Max Rockatansky.

lunes, 21 de septiembre de 2015

SIMULACRO DE IDILIO


Pues que me voy a ver "Simulacro de idilio" de David Gaitán. Está obra cuenta las vicisitudes de un profesor de preparatoria que a decir del programa de mano "respeta a rajatabla los códigos morales que la sociedad en que vive ha establecido." Y el conflicto aparece cuando para obtener su bienestar laboral, familiar y -en fin- social, tiene que "corromperse". Muy al estilo -o al menos lo intenta- de "A serious man" de los hermanos Cohen.

Para decirlo de una vez, se trata de una comedia de enredos ligera, moralizante en su discurso contra los convencionalismos sociales. Y hasta eso me pareció divertida... aceptable; pero ¡oh destino!, resulta que luego vi a Mapy Cortes y Don Pedro Armendariz en "La guerra de los pasteles" de Emilio Gómez Muriel y los créditos de la obra comenzaron a desmoronarse :( Habría que decir que está bien actuada, que la utilización de los elementos técnicos que construyen los "apartes" en la acción están bien utilizados; y que en general se mantiene el ritmo y el tono a pesar del final y del indeciso diseño de iluminación. Tiene momentos bien logrados como comedia ligera, especialmente porque Harif Ovalle explota al Máximo su -según he visto- pequeño pero bien trabajado registro como actor (si fuera conocido mío le insistiría en que creara un personaje estilo Mr. Bing y llenara ese vacío en la tv mexicana, creo que podría lograrlo sin complicaciones). 


Aunque por momentos la utilización de los objetos escénicos para redondear la acción se me hizo innecesario y el diseño escénico es como de teatro de universitarios, considero que no estorba ni demerita como en otros casos. Lo preocupante fue ver que no se llenó ni la mitad del aforo aun cuando muchas eran cortesías y por la misma razón que en la mayoría del teatro independiente: no cuentan con un personaje mediático o de moda. El problema de la obra es que el final se vuelve panfletario al dividir el mundo en dos tipos de personas y juzgar a unos para ennoblecer al otro, traicionando así el sentido de la comedia. Pero qué se le va a hacer, como diría el filósofo ¡Oh tiempos, oh costumbres!

miércoles, 12 de agosto de 2015

MI ÚNICA CLASE CON EL MAESTRO JOSÉ LUIS IBÁÑEZ


Cuando conocí al Maestro José Luis Ibáñez estaba en segundo semestre de la carrera en Literatura Dramática y Teatro. Interrumpí su clase porque tenía la presentación de un avance en Dirección II. 

-Dígame joven, ¿qué desea usted?, ¿por qué cree que tiene derecho a interrumpir mi clase?- Me cuestionó educadamente.

-Quiero ver si puedo entrar y utilizar quince minutos de su clase para montar porque...-

-Disculpe, y esto es de lo que hablaba jóvenes- refiriéndose a sus alumnos - acerca del cuidado que requiere expresarse correctamente, con precisión y claridad. Ahora usted, párese allí enfrente y explíquenos qué desea- me dijo, con amabilidad y hasta con ternura, seguramente por mi torpe intento de rebelarme ante las formas. Yo empece de nuevo únicamente para que, de nuevo, me detuviera. Los quince minutos que pedía terminé utilizándolos para expresar mi deseo correctamente. 

Cinco minutos más fueron necesarios para que, esta vez con justa severidad, me comentara que hay formas y modos de pedir las cosas y estructuras en las instituciones que se deben agotar antes de convertirse en un arribista. Finalmente concluyó su clase y me respondió que no podía acceder a lo que yo pedía. Desconcertado, me quedé en una butaca mientras todos salían y entonces se me acercó para pedirme disculpas por haberme utilizado como conejillo de indias, me dijo que no era personal, que así como un director debe hacer lo que yo había hecho, un profesor también debía hacer lo que él hizo; que lo entendería luego y que rápido me sobrepusiera porque el equipo de trabajo estaba esperando indicaciones mías. El Maestro se fue. 

Ese día montamos y presentamos sin retraso. Tiempo después entendí la importancia que tiene en el teatro la conciencia sobre la precisión, la claridad y el correcto uso de las herramientas de expresión, aunque a veces me siga sintiendo como en esos veinte minutos de clase con el Maestro José Luis Ibáñez. Ahora visito esta Cátedra y me parece magnífica su idea de que primero hay que aprender a leer y después aprender a hablar, antes de siquiera pensar en subirse a la escena.


4´,33´´ de John Cage

12 años exactos de la muerte de John Cage ¿Quién es? Es fácil de decir, según la wikipedia: compositor estadounidense de vanguardia. 

Con 4´,33´´ me sucede lo mismo que con todas esas formas "novedosas y/o inovadoras" de hacer teatro o no-teatro, u otro-teatro en México. La idea en sí puede ser interesante. En este caso lo es, lo vanguardista se encuentra en la contemplación del silencio, elemento fundamental sin el cual no podría ser la música; y asimismo, elemento fundamental de la creación. Amplificar y evidenciar la creación del silencio es un ejercicio casi ritual y por ende espectacular. Es decir, no hay ausencia de sonido sino construcción del silencio y lo mismo que para el teatro hay ojos entrenados en la contemplación, un oído entrenado en la contemplación puede entender la abismal diferencia entre una cosa y la otra. Esto es evidente en el clip. Hasta aquí todo bien. La situación se complica cuando quienes espectan desean a fuerza tomar parte no de lo que espectan sino de lo que creen que debe acontecer y así, como el manual dice que "el material sonoro de la obra lo componen los ruidos que escucha el espectador durante ese tiempo", comienzan a impostar la "no-postura" y arruinan la pieza. Todas las toses que se escuchan forman parte de una caprichosa necesidad de tomar un lugar, postura o no-postura de un aspecto de la construcción artística a la que no pertenecen, porque su lugar dentro de esta estructura artística se encuentra en otro sitio, igual de indispensable y con una fuerte repercusión, pero en otro sentido. Quienes tosen buscan activarse pero su acción está vacía. Con todo, es interesante escuchar como los músicos, siguiendo la batuta, construyen el silencio, este silencio que no es absoluto, porque claro, el silencio absoluto como lo han demostrado los físicos es insoportable. El problema como con Warhol (por ejemplo) no es el artista o su obra, lo cual puede ser discutible o propicio para el intercambio de ideas, el problema son los fanáticos (algunos incluso tienen posiciones privilegiadas en las instituciones y marcan líneas), quienes a toda costa quieren formar parte de un "algo" que en realidad no entienden y al que accedieron únicamente como testigos, en el mejor de los casos.

ANEXO
¿Qué es 4´,33´´?, bueno pues: es una obra musical en tres movimientos realizada por el compositor estadounidense de vanguardia John Cage en 1952. La pieza puede ser interpretada por cualquier instrumento o conjunto de instrumentos. En la partitura, con una única palabra, «Tacet», se indica al intérprete que ha de guardar silencio y no tocar su instrumento durante cuatro minutos y treinta y tres segundos. Aunque comúnmente se considera que se trata de «cuatro minutos y treinta y tres segundos de silencio», algunos teóricos de las vanguardias musicales consideran que el material sonoro de la obra lo componen los ruidos que escucha el espectador durante ese tiempo. Con el paso de los años 4′33″ se ha convertido en la obra más famosa y controvertida de John Cage.(wikipedia)


jueves, 6 de agosto de 2015

REQUISITOS ASISTENTE DE DIRECCIÓN


Los requerimientos indispensables, además de los comunes (Ser la mano derecha del Director. Elaborar el plan de ensayos junto con la responsable de la producción -Fabiola Becerril-. Supervisar el reparto y el equipo necesario. Ser el principal enlace entre el Director y el elenco de la obra así como con el equipo de producción), son los siguientes:

PERFIL
-Conocimientos e interés en la dirección escénica como en la creación de diseños escénicos.
-Creatividad, imaginación escénica y decisión.
-Disponibilidad de tiempo y de traslado (aunque todas las juntas, ensayos, etc, se realizan mediante previo acuerdo)
-Responsabilidad, criterio y compromiso.
-Confianza en la creatividad propia, en la de los compañeros y en el proyecto.
-No se requiere experiencia.

En el sentido estricto del proceso de En la sombra tus ojos, tomando en cuenta que todo el equipo creativo participa de varias de las tareas.
-Recibir al público y ayudar en la supervisión de la taquilla.
-Ayudar en el montaje y desmontaje.
-Auxiliar en la toma de notas de dirección y en la dirección de actores.
-Auxiliar en las necesidades técnicas y creativas de los procesos teatrales.

Respecto a Onírica Drama

-Sería deseable colaborar en proyectos posteriores en cuanto al diseño escénico y en el proceso de ensayos (dirección escénica, dirección de actores).

Somos una compañía de reciente creación, en este momento no podemos ofrecer pago como tal, ya que los involucrados buscamos conformar un grupo de trabajo con mecanismos concretos de organización, con una poética propia y visión a futuro.

Si te interesa favor de mandar tu CV o una breve síntesis curricular a oniricadrama@gmail.com

cc para 
fabs.burns@gmail.com

martes, 21 de julio de 2015

LA PRIMERA PELÍCULA DE BELA TARR QUE FUE LA ÚLTIMA


Hoy Bela Tarr cumple 60 años y recuerdo que la primera película suya que encontré en mi camino​ fue la última. Yo ignoraba por completo su filmografía y por lo mismo, que con este filme se despedía del séptimo arte, pues le parecía ya insuficiente. El caballo de Turín (A torinói ló / The Turin Horse / Le Cheval de Turin​) me impactó como no me pasaba desde El espejo de Andréi Tarkovski; ​como sólo una obra maestra puede hacerlo, entendiendo esta como aquella que continúa viviendo a través de sus propias leyes y tiene un tremendo impacto estético y emocional, aun cuando no esté de acuerdo con el punto de vista fundamental del autor... es un juicio sobre la realidad, completo y perfecto, y actúa sobre esa realidad; su valor radica en dar plena expresión a una personalidad en relación con el espíritu (Esculpir el tiempo, 49, 51).

El cartel me llamó la atención por su hondo y frío vacío, porque me recordó inevitablemente las imágenes de Juan Rulfo, porque es de alguna forma el estado en que generalmente me veo cuando pienso en lo que la filosofía enuncia como: "yo y mi circunstancia". Luego encontré el corto de la película y me quedé boquiabierto cuando en la pantalla apareció -de un fade in durante casi un minuto-, un quinqué en blanco y negro con una llama tiritante en medio de una oscuridad que se lo tragaba todo, para salir en un fade out ¡Era todo! Pensé que se trataba de una tremenda idiotez o de algo espectacular, así, sin medias tintas; que de cualquier forma no podía perdérmelo, sobre todo cuando por entonces la Cineteca Nacional se iba encaminando a la disyuntiva de seguir proyectando películas interesantes que nadie veía y por lo mismo ser denostada por las autoridades o volverse complaciente para crear público y hacerse rentable, es decir, esa necesidad propia de las empresas culturales en México de justificar las inversiones.

Así que, todavía con las suspicacias propias del asunto me encaminé al cine, compré mi boleto de entre $15 y $25 (si mal no recuerdo) y esperé durante cinco cigarrillos a un lado de la sala, que a medio hacer (pues recién empezaba la remodelación) y bajo el oscuro silencio de Mayorazgoen la última función de la noche de un jueves, resultaba un marco perfecto para lo que a continuación se nos revelaría. Antes de llegar a la mitad de la película muchos abandonaron la sala aburridísimos; de los que nos quedamos al final, unos salieron despotricando y otros pocos nos fuimos realmente afectados. Al siguiente día de inmediato busqué la filmografía completa de Bela Tarr (que únicamente encontré en la piratería) y antes de terminar la semana ya había visto desde Nido familiar hasta de nuevo El caballo de Turín, esta vez acompañado de mi hermano quien me confirmó la bella obra maestra que había realizado este ARTISTA húngaro.


Tiempo después vi un poco de la entrevista en el Festival de Morelia, Reygadas le pide a Bela Tarr que explique de qué va su película porque, aun con todo, hay cierta confusión entre los asistentes; el artista contesta que (palabras más, palabras menos) "es una película larga, aburrida, en blanco y negro que nadie debería ver". Todos responden a este comentario con una risa nerviosa y B. Tarr revira "no es una broma" y así este acto se convierte también en una alegoría.

Hay cineastas que a través de recetarios pretenden adueñarse de poéticas y de percepciones estéticas*. Hay cineastas que tienen una estética y quizá hasta una percepción de mundo, pero que siguen siendo limitados, medianos. Hay otros en cambio, como dice la canción, que son imprescindibles, cuya filmografía es un sólo y mismo acontecimiento y que se inscriben en otra dinámica, cuyas micropoéticas conforman una macropoética de obras maestras que se revelan al hombre como un juicio sobre la realidad, completo y perfecto, y (que) actúa sobre esa realidad (Ibídem); donde encontramos a autores como Tarkovski, Kieslowski, Sokúrov o Bergman (a quien considero todavía desconocido y sobrevalorado por su fans). Es obvio que quizá anden por allí creadores de igual magnitud y que me son desconocidos; creadores que en este momento de su niñez o juventud se encuentren recogiendo el bagaje de horizontes para abrir la realidad en el futuro. En este momento, hablando de un cine más comercial, podría mencionar, aunque en una estética radicalmente opuesta, a Roy Andersson y en menor medida David Lynch o Catherine Breillat. En el caso de México tenemos (con todas las salvedades) a Jaime Humberto Hermosillo y Arturo Ripstein, por ejemplo.

Entonces Bela Tarr anuncia que después de El caballo de Turín se retira del cine y aunque un artista nunca se retira realmente, esto me parece espectacular porque hace crecer la alegoría de la que halaba antes. Tal vez eso, el encuentro con esa verdad donde la fealdad y la belleza están contenidas una en la otra. Esta prodigiosa paradoja, en todo su absurdo, (que) fermenta la vida misma, y en el arte crea esa totalidad en la cual la armonía y la tensión se unifican (Esculpir el tiempo, 46)fuera el sentido del rechazo de unos, de la indiferencia de otros, de la aceptación mía frente a esa inevitabilidad en donde diario leo a poetas y dramaturgos, encuentro a premiados y favorecidos y percibo la multiplicación de los onanistas del valor intrínseco del acto personal; veo a los perdedores eternos, a los ganadores natos y apremia saber que "el final del mundo es muy silencioso, muy débil. Así que el final del mundo se acerca como lo veo en la vida real – lenta y silenciosamente. La muerte es casi siempre la escena más terrible y cuando ves a alguien morir – un animal o una persona – es algo terrible. Y lo más terrible es que parece que no ha pasado nada." (http://cineuropa.org/ff.aspx?t=ffocusinterview&l=es&tid=2207&did=198131)




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Anexo que nadie debería leer:

*Lamento tener que mencionarlo, pero es inevitable y considero que hasta urgente, no se trata en este caso de mimetizarme -como bien me hacía ver Vera Milarka-, ya que luego de mucho pensarlo no se trata de un insulto sino de una descripción. Los cineastas, los aspirantes, los pretenciosos a los que me refiero son los intelectuales ignorantes, veganos de starbuck y cerveza orgánica, que se meten a las cantinas de mal muerte y van a contar la pobreza como un niño que visita un parque de diversiones. Son los ganadores natos, los premiados, los favorecidos, esos privilegiados avariciosos de los que hablaba Tomás Segovia en Modesto desahogo.

P. D. Querida Vera: sé que no te va a agradar esta descripción mía, pero alguien tiene que decirlo y a veces no hay buenas palabras para las malas cosas. Pido que por esta ocasión se me permita la expresión, sobre todo cuando para evitar lo personal, lo he sacado del cuerpo del texto.

jueves, 18 de junio de 2015

DE CUANDO CONOCÍ A CLAUDIA MARINCLAN

 O Por qué pienso debemos apoyar Poison 8@m


Hace no mucho, yo era asistente personal del Mtro. Lech Hellwig-Górzynski y profesor adjunto en la Facultad de Filosofía y Letras, en la clase Laboratorio de Puesta en Escena, lo cual me agradaba porque tenía cerca las cabecitas locas de los estudiantes que para graduarse deben generar un espectáculo prácticamente de la nada (nótese que no hablo de montaje, ni puesta en escena, ni obra o por el estilo), esa nada donde se encuentra todo, incluso el enfrentamiento contra los demonios de la falta de talento. El proceso creativo como el financiero es un verdadero calvario, porque en México no importa quién eres o de donde provengas, si no sales en televisión no eres nada, si no tienes super cuates en las instituciones, cualesquiera que sean, no eres nada; si no tienes el apoyo incondicional de un artista reconocido (dígase convertirse en extensión del trabajo del artista reconocido) no eres nada; y si además de todo eres estudiante o has pasado tiempo alejado del "medio", de plano tienes pase directo a la frustración, el fracaso, el desaliento. La gente, incluso profesores hablaban con gusto y harto orgullo de que el hacedor de teatro en México es un "todologo" y siempre me pareció que era tanto como dignificar la pobreza: "aquí entre los pobres se sabe querer", reza la frase de la célebre película de Pedro Infante. "Aquí en el barrio es donde está la raza" y frases por el estilo que dignifican y justifican toda la pobreza y mezquindad del carácter del “mexinaco”. Si tan bueno es para qué salir de allí, para qué tanta queja. Quienes se van con el slogan no comprenden que esto forma parte del discurso oficial del Estado al que tanto atacan, especialmente de las instituciones dedicadas a la cultura que ciñen su mirada al mercado, a lo redituable, al amigo con quien comparten CLASE. Digo, hasta el paladar se refina.


Este vicio ideológico se extiende y lo permea todo y el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM no es, obviamente, la excepción; los alumnos, ávidos de ganas y reconocimiento, casi siempre pasan de largo lo significativo para hacerse hacia los escaparates de los profesores en activo que los llevan hacia sus formas de hacer y todos aquellos chicos que no pueden leer un clásico sin tropezarse o que no conocen las formas más básicas de la actuación, se lazan hacia los espacios liminales como los niños que caen al abismo en El guardián entre el Centeno, sin entender que cuando no se trata de pose, los espacios liminales como la tan sagrada -y de mi parte mentada-, Escena expandida, son un continuo espacio de reconstrucción de las percepciones personales a las cuales se accede a través de años reflexión y de sudar sangre.

Pues bien, mi jefe y amigo se murió un 9 de mayo.

Y como última broma, me dejó a cargo de las funciones del grupo de Laboratorio, pero no sólo eso, también me dejó al frente de varias actividades entre ellas dos conferencias. Y cuando digo esto, me refiero a que él sabía que nadie iba a hacerse cargo de ello, de sus cosas en la universidad y que yo no tenía el carácter para desligarme impunemente. No me quejo, era mi trabajo y hasta entre los hijos hay un consentido y otro en el que se confía.

Decidido a cumplir mi tarea llevé a cabo las dos conferencias. Debe entenderse que por lo mencionado antes “yo no era nadie” y aunque recibí buena y bastante ayuda, por lo general las personas, profesores y administrativos incluidos, me miraban -y siguen haciéndolo- de soslayo. El Coordinador que siempre ha sido amable conmigo me ofreció todo su ausente apoyo. Otra vez, no me quejo, para las administraciones estás de su lado o en su contra, es natural y aunque yo no he estado de ningún lado nunca resulta comprensible que cause suspicacias.

Si hablamos asistentes, no tuvimos éxito. Si hablamos de relaciones significativas, las conferencias tuvieron un rotundo éxito, puede conocer personas interesantes. Mi amiga Yolo me dijo que asistiría y lo hizo llevando a una chica que ponía especial atención en lo que se exponía y que en la ronda de comentarios se mostró muy activa. Debo confesar que su interés en el tema me pareció sospechoso. Esa chica era Claudia Marinclan y como sucede con las buenas amistades, bastaron un par de comentarios jocosos y dos o tres rápidos intercambios de opiniones para entender que si bien nuestras opiniones diferían, nuestras percepciones artísticas no tanto, o algo así.

Días después nos vimos los tres para asistir a la Cineteca luego de mi berrinche para no ver un teatro de cabaret y entonces tuve la oportunidad de conversar con ella ampliamente. Nos reímos, nos peleamos, nos seguimos peleando y nos enredamos en una conversación de esas que se tienen en la nueva Cineteca: muy intelectuales pero igual de desechables que un pañal sucio. Descubrimos que vivíamos por el mismo rumbo y el camino de regreso a casa nos dio tiempo para seguir platicando, esta vez ya más en serio. Me comentó de su proyecto con mucha emoción pero sobre todo con esa angustia lacerante que los artistas de oficio –no de profesión-, le tienen a su trabajo; me pareció interesante a pesar de que no entendí muy bien de qué iba. No despedimos y me quedé pensando en su personalidad, aunque al principio me pareció algo desquiciada encontré a una buena persona con propuestas interesantes sobre la materia creativa.


Pasó el tiempo y se materializó su Poison 8@m. Me llega entonces la invitación a colaborar a través de fondeadora y entonces sí que salen mis malos pensamientos sobre esta red de la que siempre he desconfiado. Entro a su sitio y pienso lo siguiente:

Hay un montón de proyectos en fondeadora que no valen la pena. Gente que no quiere poner a trabajar su imaginación y busca, como el millonario limosnero, hacerse de dinero a cambio de nada. Hay otros que están allí y no lo necesitan, pero como son mediáticos (dígase, salen en la televisión), de inmediato llegan a sus metas. Y a la par, hay un montón de intelectuales de izquierda bastante reconocidos que auspiciados por el gobierno llevan a cabo sus escenas expandidas. De entre toda la maraña de propuestas liminales o alternativas, hay trabajos de HACEDORES que hacen a pesar de todo y que necesitan sustento económico porque la propia naturaleza del proyecto nos los hace rentables para la ideología oficial o de moda o para el mercado saturado de pseudoartístas. Hay hacedores que hacen los trabajos y los días, trabajos que valdría la pena ver logrados porque se construyeron a sudor y sangre, a pesar de todos los pesares y que cuentan, de a de veras, con todas las características de que presumen los antes mencionados; y días a los que se podría llegar con una mínima ayuda, porque más se gasta en los aspiracionales “reventones” de fin de semana, en boletos para obras de teatro mediocres presentadas en foros y recintos de primera categoría con propuestas "amiguistas" (valga el término) que ofenden la inteligencia del público. Por todo lo que está alrededor, lo que significa y lo que esencialmente es el proyecto Poison 8@m, es que aquellos que nos sentimos identificados con el arte, ese arte sacado de las entrañas y que se va puliendo en el taller del intelecto, debiéramos apoyar a Claudia Marinclan​ y darnos un chapuzón en las profundas aguas de su creatividad.

A decir de su creadora: El proyecto consiste en la construcción de un montaje teatral de manera simultánea y complementaria en tres países: México, Chile y España. Se trata de un trabajo escénico transdisciplinar que aborda el concepto de “veneno” para indagar en diferentes atmósferas, geografías y culturas; ya que el elenco se encuentra dividido entre lugares de España y de México. Las integrantes del equipo usaran las herramientas tecnológicas como Skype, Facebook, Tumblr, Twitter, Hangout, entre otras para generar una reflexión escénica en torno a las relaciones humanas, la violencia, y la recuperación del poder de lo femenino.

Créditos del equipo:
Intérprete presencial: Daniela Flores.
Interpretes virtuales: Mery Sut,  Natalia Cament y Bernard Fontbute.
Atmósfera sonora y diseño de imagen: Sara Galan
Textos: Daimary Sánchez Moreno y Quirófano Escénico.
Gestion y producción: Emilia Bautista y Gabriela Cárdenas.
Apoyo en texto: Víctor Manuel Sanchis Amat.
Dirección: Claudia Marín Inclán.
Producción: Quirófano Escénico.





jueves, 7 de mayo de 2015

Las "fórmulas" de la "no-fórmula"

No hay industria "sin fórmula" o Michel Franco... nos hace falta ver más "bax"...
quiero decir, cine...

Revista Código le hace una entrevista a Michel Franco por su película seleccionada en Cannes y esto hace que de nuevo me ponga como Hulk... me refiero a la selección, no a la entrevista (http://www.revistacodigo.com/chronic-y-los-retos-del-cine-mexicano-entrevista-con-michel-franco/). Leo lo que tiene qué decir y pienso:

Quienes han leído mis críticas, podrían confundir mi abierto desprecio por gente que hace cine (que no cineastas, siquiera) como Carlos Reygadas o en este caso Michel Franco y creer que se trata de mala leche, envidia o cosas peores, pero nada de eso, es sólo que veo el discurso, los recursos y los carnavales que se le hacen y simplemente no estoy de acuerdo. Además, considero que hay artistas y mercenarios del arte, es decir, los que hacen y los que parece que hacen. Los que sientan bases para que se genere fórmulas (como el movimiento Dogma del 95) y quienes las asumen convenencieramente.

El cine de "fórmula" no está ni es únicamente Hollywood, en el cine de arte o "artístico" o como se llame ese que últimamente va a Cannes y gana, en ese también hay "fórmulas" que se usan descaradamente, que se utilizan a priori como una herramienta para dotar de sentido algo que de otra forma no lo tendría, porque los cuentitos de personajes como los antes mencionados, no se sostendrían frente a guiones y propuestas tan Hollywoodenses como August: Osage County, por ejemplo, pero en la mirada de turista eurocentrista de los festivales, todo cabe. A ese respecto, dice Michel Franco en la entrevista que él no hace cine de "fórmula", pues yo digo que la fórmula de Reygadas, Amat Escalante y él, entre otros con más o menos reflectores, es la del esoterismo que gira en torno a la interpretación contemporánea del "México Bárbaro", de la cursi sensiblera y dictatorial conciencia social; al de la paternal denuncia social y la falsa humildad que disfraza la egolatría personal. Resulta igual que hablar del holocausto nazi en Hollywood.

Estos están bien conscientes de que esos recursos fílmicos los van a llevar de mínimo a Cannes. No hay búsqueda, ni descubrimiento ni propuesta cinematográfica y por más que se quiera obligar a la mirada del espectador a creer que tienen una poética con identidad nacional, no la tienen. Como dije antes, su "fórmula", su percepción de cine con identidad es la misma del eurocentrista que se va a la sierra a comer peyote para hablar de su experiencia y de México como se hablaría de una mascota exótica traída de lo más profundo del Amazonas.

En contraposición hay cineastas que sí lo hacen, gente que sí lo hizo y que han sido denostados por los falsos gurús del vanguardismo; uno de ellos es Jaime Humberto Hermosillo quien cuenta con un discurso sólido, una poética muy personal (hecha, como todo lo que vale, a partir de la marginación) y un cine con identidad propia, nacional y hasta universal. Ahora, a dos películas de consciencia social moralizante, presenta  Chronic y los dueños del discurso oficial de la cultural en México, se le van a rendir a los pies y esa mezquindad del que da y el que recibe con impunidad, genera el medio social perfecto para que cineastas como él hagan películas de consciencia social moralizante o exótico cine de arte y así es más cómodo tener éxito que crear una industria o decir algo realmente significativo y así gira la rueda, que en la insistencia de no hacer "fórmulas" propicia el surgimiento de una patética fórmula de cine mexicano hecho por onanistas para adoradores de carnavales. Así que, entre una película de Michel Franco y The Avengers, me disculparán los intelectualillos esnob de la condesa, el centro de la ciudad y anexas, pero me voy a ver The Avengers, igual hasta un vaso de promoción me traigo.

lunes, 27 de abril de 2015

Melville en Mazatlán, de Vicente Quirarte

EL CONTEXTO O MIS FRUSTRACIONES PERSONALES

Luego de asistir a la charla de Jorge Duibatti, obtuve un pase de cortesía para ver Melville en Mazatlán del Doctor Vicente Quirarte. Aunque echar abajo nuestros prejuicios es uno de los propósitos del Aula de Espectadores propuesta por Dubatti, como soy un necio insufrible siempre voy tratando de saber lo menos posible sobre el espectáculo y con mis prejuicios como armadura, pero siempre dispuesto a rendirme frente a la propuesta, claro, si logra desarmarme.

Pues bien, la primera sorpresa fue encontrar en el  Centro Cultural Universitario una feria del libro muy tirada al lado intelectual pero del tipo que se realizan en el WTC; quiero decir que como la cultura no vende la idea es "divertir al target" de público específico al que últimamente le cedieron ese espacio. Y yo me niego a hacer "divertidas" las expresiones culturales, artísticas o religiosas para que una serie de esnobs o tontos simplones las descubran o soporten. Claro que se pueden y deben buscar mecanismos para que su inserción sea interesante y atractiva, pero la idea contemporánea de "diversión" tiene qué ver más con las pizzas que con lo que tiene qué decir un Galeano (de moda por su fallecimiento) o un Borges.

La segunda sorpresa fue ver en la fila al maestro Luis de Tavira, muy educado y ecuánime como es, sin pretender que le dieran un trato especial ni haciendo "gala" de su posición en el teatro nacional, incluso diría que bastante discreto frente a un público que parecía desconocerlo porque no vi ninguna actitud o comentario de "¡mira quien está allí!", lo que me hace suponer que a) no sabían quien era; b) sabían quien era pero frente a la actitud contemporánea de los intelectuales y los aspirantes a intelectuales, que esté allí él o Castellucci no "debe" tener ninguna importancia; o, c) todos allí, excepto yo y algún que otro despistado, formaban parte de la misma clase socio-intelectual y como recurrentemente se encuentran en eventos y presentaciones pues ya no es digno de comentarse. Claro, hablo como dije antes desde mis prejuicios. Todo tiene una explicación y la presencia del maestro Luis de Tavira tenía qué ver con que Pedro de Tavira Egurrola actúa en la obra.

La tercera sorpresa fue que le gané el lugar al maestro; como llegué temprano tuve una buena posición para entrar y elegir lugar y dada la disposición escénica de la propuesta, el mejor sitio era el vértice del ángulo recto que formaban las dos líneas de sillas dispuestas par los espectadores. Y me atrevo a decir que le gané el lugar porque al llegar me vio con mirada "ese era mi sitio, el que nadie elegiría" y luego no tuvo otra que sentarse detrás mío; no es relevante, pero me pareció curioso.



ACERCA DE LA OBRA

Bajo la dirección de Eduardo Ruiz Saviñón se presenta el encuentro entre un viejo escritor Herman Melville (1819-1891) y una versión joven de sí mismo.  A través del dialogo se confrontan sus sueños y anhelos, sus fracasos y frustraciones; y se establece lo "simbólicamente verdadero" en un tiempo sin tiempo en que se gesta Moby Dick y Billy Bud, principio y fin del sufrimiento de un genio.

1.- Con los autores clásicos, generalmente pasa que la propuesta escénica no está a nivel de lo que el texto expresa y al mismo tiempo, el texto, ese cúmulo de referencialidades muy devaluado en esta época, logra sostener la obra en el sentido de que su potencia y trascendencia es suficiente, no para darle valor a lo escénico (lo que está mal hecho está mal hecho) pero sí para transmitirle algo significativo al público. Tal es el poder de la palabra. Y en Melville en Mazatlán sucede algo similar, pues el texto del Doctor Vicente Quirarte tiene la calidad y significatividad como para sobreponerse a una deficiente actuación y propuesta escénica. Vicente Quirarte maneja con maestría su oficio y aunque nunca ha sido un "niño malo", si vivió y se relacionó con muchos, empezando por su padre y Rubén Bonifaz Nuño, su padre adoptivo; por ello, por su capacidad de asimilar, de interrelacionar esto con sus reflexiones propias y transmitirlo a través de las letras, es que puede, partiendo de la imagen del encuentro de los dos Borges, ofrecer un texto interesante y original lleno de bellas metáforas, de símbolos, referencias e ideas importantes sin traicionar el contexto histórico y los aspectos personales de un personaje con quien, es obvio, se identifica. Es así que el texto sostiene la casi hora y media de la obra que de otra forma, presiento, sería inaguantable. No es gratuito que los grandes dramaturgos de la época posdramática hagan tanto énfasis al TEXTO, como inicio de una concepción escénica.


2.- La disposición del escenario en escuadra emula un muelle con una banca en algún lugar de NY; detrás un gran ciclorama donde se proyectan imágenes del mar y sus motivos y que también sirve para exteriorizar a través de colores y juegos lumínicos el estado emotivo de los personajes. No que quiera hacerla de director, pero lo que es obvio es innegable. Me parece que en la desesperación por ser modernos y cumplir con los cuasi fascistas lineamientos de los "pensadores" teatrales acerca de romper con las formas y buscarle "tres pies al gato" y "mangas al chaleco", se pierden conceptos tan básicos como el de la acción, la resignificación, el decorado (la atmósfera) y especialmente la perspectiva, la proporción y la isóptica, que en una producción independiente es comprensible aunque no aceptable, pero en una producción más que bien financiada por Teatro UNAM, es preocupante. La disposición en escuadra se nota forzada y no le aporta anda al espectáculo, especialmente cuando el anclaje del diseño se encuentra en la banca que claramente marca un frente distinto a los dos frentes propuestos por el diseño escenográfico. Los espectadores de los costados se perderán mucho, cosa que no es intencional cuando tienes un ciclorama en paralelo con la banca, de tal forma que al tratar de romper con la perspectiva que supone una "cuarta pared" terminan poniendo otras dos. Siendo así, Melville en Mazatlán es una propuesta que según la disposición realizada en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz, debe verse hacia abajo y no lo digo como metáfora sino por lo antes mencionado; en primera porque es inevitable que entre, dentro del campo de visión, el basto equipo de iluminación del foro y esto rompe con la ficción o de menos, pelea todo el tiempo con la atmósfera que se propone desde las proyecciones; además de que, entre una y otra, el trabajo de los actores se ve muy disminuido, visualmente hablando. No es gratuito que los grandes creadores escénicos de la época posdramática sean pintores, artistas plásticos (de verdad) o grandes admiradores de la pintura. 

3.-El diseño de iluminación es básico, escueto y hasta diría temeroso, lo que hace sentir que es insuficiente e incluso descuidado para todo el equipo con que cuenta el foro y lo arrojado que intenta ser la propuesta. El diseño sonoro juega bien con ese monótono sonido de mar que al perderse en la percepción auditiva nos adentra en un estado anímico de asimilación; y los temas utilizados cumplen con su función y me parecen adecuados a secas.

4.- El decorado, porque en este caso sí se puede hablar en estos términos, sobre todo estando tan cerca, se nota pobre, como pintado con esas acuarelas que venden en la papelería de la esquina. Y hay errores primarios, como que la escalera salga con descuido, que se escuche cómo las migajas tiradas al mar caen a la madera o que la ánfora del Melville viejo no contengan líquido y el actor "tenga que hacer como que bebe".

5.- Tener pedigree, no es lo mismo que tener talento o tablas. Tener tablas no es lo mismo que tener talento. Tener talento no significa saber utilizarlo. Aun cuando se tenga talento y tablas es imposible sobreponerse cuando todo está en contra y asimismo es complicado sobreponerse a una figura como Luis de Tavira, especialmente cuando te significa algo. por qué digo esto, porque Pedro de Tavira Egurrola de actor sólo tiene los apellidos, como todos los de Tavira -algunos más y otros menos- tiene una presencia escénica débil, sin carisma, sin chiste como dicen en mi barrio. Como sucede en estos tiempos aciagos, lo sustenta el apellido y la mentada "intensidad", pues ahora se cree que alguien intenso es buen actor, que una desbocada intensidad hace un buen trabajo, el problema es que la intensidad de Pedro ni siquiera llega a eso. Además de todos sus vicios en el ejercicio técnico de su instrumento, se nota demasiado consciente de su "genialidad" y acá el problema también es que no es genial de ningún modo!!!, pero esto proviene de que está arropado, otra vez, por sus apellidos, por su pedigree. Aunque dicho sea de paso, no es tan tremendamente malo como su pariente José María de Tavira, pero ahí va. Por su parte Arturo Ríos hace un buen trabajo, aunque lo noté trastabillar con el texto y el bastón al menos en tres ocasiones; aquí el problema es que su personaje, como carácter, es impostado, sobrado y muy elaborado en sus formas de hablar, de moverse, de expresar, vaya, pero esta es la naturaleza del carácter del personaje, así debe ser el Herman Melville viejo, sin embargo frente a la falta de contraparte que le dé réplica y equilibre el diálogo y la actitud actoral; y frente a los vicios de su compañero en escena, todo termina pareciendo imprevistamente impostado y es una lástima. Finalmente, aunque en el contexto de la obra los dos personajes (que son el mismo) tienen el mismo peso, se nota que la dirección se sustenta en "el de Tavira" que tiene en escena, -vaya a saber usted el por qué-, ocasionando que el trabajo de Arturo Ríos esté supeditado al de Pedro.

6.- Haciendo uso de un realismo mágico o de un planteamiento onírico a través de un estilo realista en la actuación, se presenta Melville en Mazatlán. Y aunque hay momentos interesantes y bellos establecidos desde la tridimensionaliad de la pluma del Doctor Quirarte, considero que hay mucho que se está desperdiciando y que el planteamiento escénico a pesar de sus "detalles modernos", es vieja. Como una mujer interesante de edad avanzada que en su intento por estar en "onda" (una vieja frase también), adopta cierto estilo juvenil que no le viene bien, en lugar de hacerse a lo que de sí es importante.


martes, 14 de abril de 2015

CRÓNICA DE UNA CONVIVENCIA ANUNCIADA

Hoy se realizó la conferencia de Jorge Dubatti en el Centro Cultural Universitario, organizada por Teatro UNAM a cargo del Mtro. Singer, ocasión que compartí con la querida Anna Fierling, cuyo conocimiento en filosofía me intimida un poco, pero como es muy paciente, pudo soportar mis ignorancias. Fue un bonito día con una charla muy amena antes de la conferencia que me sacó de mi clásico aislamiento sociópata de lunes y hasta nos dieron boletos gratis para el teatro; conocimos a personas interesantes, una de las cuales nos llevó a un rápido y bello recorrido por los años 50´s, que frente a un grupo de tontos -de los cuales nos reímos- que en la fila hablaban de "Entrevista con el vampiro" y pensaban cuál de sus preguntas idiotas harían al final, hicieron que anheláramos esas épocas que no fueron doradas pero donde todo parecía menos líquido.

Pues bien, la charla de Dubatti giró en torno, prácticamente, a lo que se refiere en el video que de nuevo posteo. Esto para generar un Aula de espectadores promovida por Teatro UNAM como una actividad cultural para los amantes del teatro con ojo experimentado pero también para dotar de herramientas a aquellos que están interesados en las artes escénicas y que luego no saben desde dónde agarrar los espectáculos en esta pluralidad de poéticas personales. Propio de las chambonadas mexicanas, esta propuesta que es legitima, interesante y con mucho potencial, no tardará en tener éxito y por ende, en ser acaparada por los snobs, adoradores del lucimiento personal: "¡¡¡¡Es Dubatti!!!!". No soy malinchista ni pesimista ni arenoso, pero todos sabemos que la comunidad universitaria responde a las modas, los renombres y lo popular antes que a lo que podría ser significativo para el crecimiento personal en torno a las necesidades de una comunidad (prueba de ello es que esa misma comunidad teatrera no sólo ignora sino desprecia las producciones independientes, los discursos y las poéticas de sus egresados, las que valen la pena, claro).

Respecto a esto, recordé que hace ya varios meses Vera Milarka​ organizó un taller de crítica teatral llamado "Los significantes de la puesta en escena", con una dinámica por demás interesante que nos dotó, a quienes asistimos con seriedad, de herramientas técnicas y discursivas que siguen y presiento que seguirán siendo significativas, sobre todo por la información tan reciente acerca de las nuevas tendencias de las artes escénicas y por la perspectiva de romper con lo prejuicios estéticos y darse a la tarea, como buen espectador, de involucrarse en el acontecimiento, ya sea teatro clásico, tradicional, performance o cualesquiera. En ese taller, antes de involucrarse en la crítica teatral como tal, reflexionamos acerca de nuestra posición como espectadores que espectan (que podría parecer un pleonasmo pero no lo es) y eso nos condujo a organizar nuestros pensamientos críticos de manera lógica, sustentada y sobre todo creativa, sin romper con las normas propias del género. También me recordó los textos de la Mtra. Paloma López Medina Ávalos y su recorrido por el laberinto estético del teatro mexicano, especialmente su tésis de Doctorado y el artículo "Elena Garro y Juan Soriano: la búsqueda poética del quehacer teatral” (en Investigación Teatral no. 8, julio- diciembre 2005.); y finalmente a la Mtra. Cecilia Farías Calderón y su investigación acerca de la meta-teatralidad.
En la charla de hoy, una tonta preguntaba si resultaría bien el "Aula de espectadores" porque -según ella- en México no se había hecho nada así; inmediatamente se le dieron varios ejemplos de propuestas parecidas y eso me dejó pensando en los tres ejemplos que antes he mencionado de estas  Mujeres de teatro (que tengo el gusto de conocer en persona) y en el trabajo que han venido realizando desde siempre (y aquí pueden entrar todos aquellas personas que conozco y que día a día se mueren en la raya realizando su trabajo artístico o intelectual sin ningún tipo de reconocimiento y a pesar de las dificultades personales, emotivas, propias del trabajo, económicas, etc., pero hoy me delimito al asunto tratado).

Hasta aquí mi crónica/reflexión sobre este día. Concluyo que si bien las virtudes de la propuesta y los planteamientos de Dubatti son innegables, no hay intelectual ni herramientas del saber que pueda enseñar a apreciar el valor de un espectáculo, artistas o persona, si antes no nos liberamos de la mezquindad de la apariencia y de las actitudes convenencieras y/o de mero lucimiento personal.
Buenas noches amigos y enemigos.

https://youtu.be/UQfwvdLvZlQ

jueves, 26 de marzo de 2015

ANNA, EL UNIPERSONAL DE TANIA Y. MAYRÉN / AGUAMALA TEATRO

Los procesos creativos realizados a sudor y sangre, realizados desde la necedad de un sueño, desde el fin primitivo, ulterior y primigenio de compartir, quedan de lado frente a la imperiosa necesidad del dinero; y no que el teatro deje de ser negocio, pero los fines de lucro de las burocracias del arte y las ideologías anacrónicas de los supresores del sentido, crean un público torpe y descontextualizado que a su vez crea manadas de artistoides con propuestas torpes, limitadas y sin contexto en el sentido teatral pero sobre todo en el sentido vital de lo que supondríamos es un expresión creativa significativa.

Sin embargo, el sábado pasado, siendo una noche cálida pero cerrada, una estrella hizo su aparición para levantarme de la resaca y del abismo de esta época llena de racionalismos pedantes y sensibleros, donde la inmediatez, la saturación y el ejercicio de la banalidad más mediocre determinan la manera en que nos relacionamos con el todo, especialmente con las expresiones artísticas.

La estrella de la que hablo es Anna, el unipersonal de Tania Y. Mayrén que Aguamala Teatro presenta a las 8:00 pm, los sábados desde el 14 de marzo y hasta el 4 de abril en el Foro El incidente. Este trabajo que se ha presentado en varios países de Latinoamérica es un claro ejemplo de una construcción teatral que se propone desde la esencia del drama (la acción) y se realiza en la composición de un espacio escénico, el cual se amplifica hasta lo universal y se contrae hasta lo íntimo; que aparece y desaparece y asimismo trae a consecuencia varias referencias históricas sin caer en el lugar común de la concientización social ni los moralismos del adoctrinamiento, muy de moda en la Ciudad de México. Anna juega con la convenciones teatrales, con el desgaste de ciertos recursos que aquí se ven revitalizados en su bien delimitada y justificada utilización; juega con las particularidades de la representación a través de desarrollo actoral de Tania Y. Mayrén quien en este caso es también la directora.


En Anna el éxtasis el tiempo (el punto donde confluyen presente-pasado-futuro) del cual se sirve el arte teatral, se refleja en los momentos escénicos no como líneas del drama sino como acontecimientos propiciados por la directora-actriz. Anna recurre al juego Beckettiano de Esperando a Godot pero desde una perspectiva actualizada donde el personaje se niega a la desesperanza propia del tedioso existencialismo y en cambio propone que si existe una esperanza en la búsqueda, es la búsqueda misma a pesar de lo fatal y nefasto de la condición humana dentro del mundo del tiempo. Este personaje femenino, que es todos los personajes, que conforma todo el universo -a excepción de aquel en quien su búsqueda tendría una realización-, es también todos los tiempos y cada espacio que habita en el recorrido de su narrativa personal. El precario equilibrio que sostiene a Anna se relaciona innegablemente con una contemporaneidad donde -como diría Chuck Palahniuk-, nuestra gran depresión es nuestra vida, donde lo único importante es sostenerse de pie…

Aunque sólo quedan dos fechas, la Compañía AguamalaTeatro seguirá presentándose con Anna y su otro proyecto Sueños Artificiales que es también un gran trabajo. Habría que estar pendientes de sus fechas para no perdérselas, abajo dejo la información:



viernes, 20 de marzo de 2015

Trailer En la sombra tus ojos (Onírica Drama)

Onírica Drama presenta

En la sombra tus ojos 

de Israel Antonio Mejía


SINOPSIS:
Un hombre y una mujer se encuentran recluidos en una relación amorosa autodestructiva, que acontece y se repite en el curioso universo de las permutaciones. Aquello que sucede en escena puede ser una esquizofrénica alucinación, una patética realidad, una esperanza falaz y malherida, un fenómeno metafísico, etc. Y también, puede ser todas a la vez en su no poder ser lo que ambos desean.
 — con Onirica Drama,Antonio MejíaJose GrimAleph AntonioCanek García RamosMarina González AguirreEmmanuel Obregón y Bleu Zaira.