jueves, 7 de mayo de 2015

Las "fórmulas" de la "no-fórmula"

No hay industria "sin fórmula" o Michel Franco... nos hace falta ver más "bax"...
quiero decir, cine...

Revista Código le hace una entrevista a Michel Franco por su película seleccionada en Cannes y esto hace que de nuevo me ponga como Hulk... me refiero a la selección, no a la entrevista (http://www.revistacodigo.com/chronic-y-los-retos-del-cine-mexicano-entrevista-con-michel-franco/). Leo lo que tiene qué decir y pienso:

Quienes han leído mis críticas, podrían confundir mi abierto desprecio por gente que hace cine (que no cineastas, siquiera) como Carlos Reygadas o en este caso Michel Franco y creer que se trata de mala leche, envidia o cosas peores, pero nada de eso, es sólo que veo el discurso, los recursos y los carnavales que se le hacen y simplemente no estoy de acuerdo. Además, considero que hay artistas y mercenarios del arte, es decir, los que hacen y los que parece que hacen. Los que sientan bases para que se genere fórmulas (como el movimiento Dogma del 95) y quienes las asumen convenencieramente.

El cine de "fórmula" no está ni es únicamente Hollywood, en el cine de arte o "artístico" o como se llame ese que últimamente va a Cannes y gana, en ese también hay "fórmulas" que se usan descaradamente, que se utilizan a priori como una herramienta para dotar de sentido algo que de otra forma no lo tendría, porque los cuentitos de personajes como los antes mencionados, no se sostendrían frente a guiones y propuestas tan Hollywoodenses como August: Osage County, por ejemplo, pero en la mirada de turista eurocentrista de los festivales, todo cabe. A ese respecto, dice Michel Franco en la entrevista que él no hace cine de "fórmula", pues yo digo que la fórmula de Reygadas, Amat Escalante y él, entre otros con más o menos reflectores, es la del esoterismo que gira en torno a la interpretación contemporánea del "México Bárbaro", de la cursi sensiblera y dictatorial conciencia social; al de la paternal denuncia social y la falsa humildad que disfraza la egolatría personal. Resulta igual que hablar del holocausto nazi en Hollywood.

Estos están bien conscientes de que esos recursos fílmicos los van a llevar de mínimo a Cannes. No hay búsqueda, ni descubrimiento ni propuesta cinematográfica y por más que se quiera obligar a la mirada del espectador a creer que tienen una poética con identidad nacional, no la tienen. Como dije antes, su "fórmula", su percepción de cine con identidad es la misma del eurocentrista que se va a la sierra a comer peyote para hablar de su experiencia y de México como se hablaría de una mascota exótica traída de lo más profundo del Amazonas.

En contraposición hay cineastas que sí lo hacen, gente que sí lo hizo y que han sido denostados por los falsos gurús del vanguardismo; uno de ellos es Jaime Humberto Hermosillo quien cuenta con un discurso sólido, una poética muy personal (hecha, como todo lo que vale, a partir de la marginación) y un cine con identidad propia, nacional y hasta universal. Ahora, a dos películas de consciencia social moralizante, presenta  Chronic y los dueños del discurso oficial de la cultural en México, se le van a rendir a los pies y esa mezquindad del que da y el que recibe con impunidad, genera el medio social perfecto para que cineastas como él hagan películas de consciencia social moralizante o exótico cine de arte y así es más cómodo tener éxito que crear una industria o decir algo realmente significativo y así gira la rueda, que en la insistencia de no hacer "fórmulas" propicia el surgimiento de una patética fórmula de cine mexicano hecho por onanistas para adoradores de carnavales. Así que, entre una película de Michel Franco y The Avengers, me disculparán los intelectualillos esnob de la condesa, el centro de la ciudad y anexas, pero me voy a ver The Avengers, igual hasta un vaso de promoción me traigo.