Hace unos meses Avelina Lesper (crítica de arte y curadora) publicó el
libro El fraude del Arte contemporáneo, mismo que se agotó de inmediato. Ahora
me parece que sus detractores se apresuraron a comprar todos los ejemplares,
porque cuando quise adquirirlo ya estaba agotado.
De cualquier forma, a través de sus participaciones en programas de tv o
en internet y, particularmente a través del artículo que dio origen al libro,
sé más o menos por dónde va el asunto. No está de más comentar que estoy de
acuerdo en muchos de sus postulados.
Pasado algún tiempo, en la página Dramaturgia mexicana que, como dirían
en los Simpson "se cae y se levanta, se cae y se levanta" (aunque
últimamente se cae mucho) publican a un crítico colombiano que escribe un
artículo en contra la autora -y por añadidura contra el libro- a propósito de
la visita de Avelina a la Feria del libro en Bogotá. Y me parece curioso el
caso porque en Dramaturgia Mexicana escriben lo siguiente como entrada:
"#ConservadurismoMexicano Para los
avelivers y aquellos teatreros que niegan las otras posibilidades de
la escena."
Y con estos comentarios a veces me parece que para ser tan abiertos son
muy coercitivos. Así que leo el texto y me digo lo que sigue:
No soy un Avelivers entre muchas cosas porque no soy fan de nadie; así
empiezan los conflictos, con los fans o, como diría el gran poeta borrachín: con
los adoradores de carnavales. Como el autor del articulito este y el (la)
autor(a) de la opinión sobre el mismo en la página de facebook antes
mencionada.
Doy seguimiento a Avelina Lesper porque además de coherente, considero
que estando en el lugar en que se encuentra, muy bien podría callarse,
congratular y celebrar a quienes hay que celebrar y ganarse la venia del medio
artístico mexicano (¡que ya es decir!); sin embargo, independientemente de su
estilo, está decidida a expresar lo que muchos pensamos, pero no tenemos
escaparate o favor de ser tomados en cuenta, a veces ni por nuestros amigos ¡Y
eso en México, también ya es decir!!
Entiendo por qué la critican y se le lanzan a la yugular. Su estilo se
sobrepone a su aparato crítico el cual según yo, tiene y tiene bien (basta
echarle un vistazo a su blog). El problema con los que se sienten aludidos es
que, precisamente, confunden su estilo con su argumentación.
Lo que viene diciendo Avelina desde hace tiempo es muy claro, concreto y
bien sustentado; y ni siquiera entra en honduras porque desde el clásico
"me da hueva" hasta el cliché de "su tendencia en fascista"
y el "lenguaje posmoderno" no ha habido nadie a la altura para
confrontarla. Cuando los juicios morales críticos de los artistas y sus
adoradores se basan en sensiblerías, es obvio que resulte insoportable que
Avelina (o cualquier crítico serio) se apersone y confronte. En esta realidad
artística aciaga está prohibida la confrontación, está suprimido el diálogo so
pena de ser encasillado como fascista ignorante (vaya paradoja), lo sabe quien
ha preguntado alguna vez: ¿Qué significa eso, porque a mí no me causó ni
fastidio?
Halim Badawi (que ya desde el nombre desborda petulancia), hace un
ataque bastante idiota para lo elevado que él cree (hablo de fe) que se
encuentra. Titular su escrito como "Diatriba contra..." descalifica
cualquier pusilánime intento de razonamiento crítico de su parte; pero,
especialmente se muestra indignadísimo y termina haciendo una cobarde (por
velada) intentona de quema de brujas anunciando el lugar y hora en que estará
Avelina en la Feria del libro en Bogotá (habrá quien lo niegue y les creeremos,
pero entonces que el muchacho aprenda a escribir) hay una máxima en teatro
(disculparán el "dogmatismo") que dice que "a mayor indignación,
menor verdad", y pienso en ello cuando leo o escucho los ataques (que no
pueden hacer pasar como confrontación de ideas) contra Avelina Lesper.
Repito, no soy un Avelivers (palabra que me ha parecido jocosa), sin embargo,
parafraseando al gran Extranjero, entre los "Artistas libres y
vanguardistas" con su "territorio libre, como laboratorio, terapia, posibilidad de sanación,
dispositivo capaz de permitirnos imaginar nuevos mundos, territorio de salida,
entramado de afectos, punta de lanza, productor de conocimiento, detonante del
gusto, constructor de nuevas sensibilidades"
(sic) y Avelina, prefiero a Avelina, quien además me parece bastante guapa.
Acá el artículo:
http://www.revistaarcadia.com/impresa/arte/articulo/diatriba-contra-avelina-lesper-la-escritora-de-el-fraude-del-arte-contemporaneo/48038