viernes, 18 de marzo de 2016

REFLEXIONES INTRASCENDENTES: los teatreros en la Ciudad de México son OGTs


1.-El CLDyT de la UNAM, fue llamado anacrónico, rebasado por las vanguardias, las tendencias y el tiempo. "Formador de profesores" decían despectivamente. Sin embargo allí, como en ningún otro lado, se hacía conciencia de la relación que existe entre la construcción dramática y la construcción escénica. Otra de sus grandes virtudes, era que se había mantenido en resistencia frente a las mafias y las cofradías del medio que homogeneizan las escuelas y normalizan la mediocridad. La nueva administración abrió las puertas de par en par a los supresores del sentido y ahora se rellenó la plantilla de profesores con los que antes fueran estudiantes mediocres pero muy a la moda con eso de eliminar la Literatura Dramática y luego el Teatro; los mismos que amargamente se quejaban del Colegio por ser un "criadero" de profesores e investigadores. Del mismo modo entraron los dramaturgos y directores mediocres del teatro-no-teatro pero que están muy bien relacionados, y como todo en este país, lo único que se consideró fue el escalafón que los dueños de los espacios organizan arbitrariamente. Asimismo, los espacios y herramientas designados para que los estudiantes experimentaran (con todas las carencias del caso) ahora son ocupados por ellos, con toda pompa e impunidad; últimamente por ejemplo, por un tal Sixto Castro Santillán que sólo con escucharlo 5 minutos, si no se tiene retraso mental, uno puede darse cuenta de la acumulación de pendejadas que es este personajito de la escena contempo-posmo-post o como yo les llamo los OGTs (Orgullosa Gente de Teatro)

2.- "Teatro independiente" se ha convertido en sinónimo de "marginal" y esto no sería problema si las compañías, los creadores y el público generaran nuevas formas de acercamiento. La situación consiste en que los creadores de teatro, desde los más amateurs pasando por los estudiantes hasta los personajes de prestigio, repiten y reproducen la dinámica institucional que tiene por función determinar un comportamiento y normalizarlo para desviar las miradas del eje o esencia de un acontecimiento artístico y conducirlo todo hacia un arte burócrata para generar artistas burócratas que se sumen a la línea o discurso oficial. Hasta allí es predecible, el problema es que los foros "independientes" y las instituciones educativas se apropian y reproducen una y otra vez esa dinámica, donde las compañías independientes que están generando un discurso fuera de los estándares de la moda, una poética propia, que no hacen arte de panfleto, se encuentran de principio marginados e imposibilitados para competir cuando se ponderan las especulaciones del mercado y la falsa y limitada comprensión de conceptos como modernidad, posmodernidad, contemporaneidad.


3.- En el medio escénico mexicano, los estudiosos y eruditos, buscan nuevas formas que rompan con las viejas formas y esto me parece una actitud adolescente, de quien hace lo contrario de lo que papá haría. Esta situación no ha podido ser superada desde hace décadas. Se expanden las escenas, se hacen transversales o documentales y antropológicas. Se elimina el inmueble, la literatura, la dramaturgia, las unidades aristotélicas, el realismo y el idealismo, se elimina la acción y por ende el teatro; se hace otra cosa, se piensa en otras cosas (claro, financiados por las becas del estado a través de una institución cualquiera) y se justifica eruditamente citando a Foucault, a Deleuze, a Sartre, a Hans Thies Lehmann y toda la bibliografía que quieras, sin embargo, detrás de toda esta parafernalia, la dinámica es la misma que la del discurso del Estado porque a final de cuentas no se exploran -ni se permite hacerlo- nuevas formas de generar acontecimientos escénicos que modifiquen las relaciones de poder.


4.- Veo a los poetas independientes y progresistas de la Ciudad que se disfrazan y hacen lecturas en pulquerías o sobre rings o en lugares extraños y decadentes como cantinas y piqueras o en el Centro Cultural España y siempre están apoyando todo lo que huela a "contracultura" y yo soy muy provinciano, pienso que a la poesía de verdad no le hace falta tanta parafernalia.


5.- Todos aman a Margules. Todos amaron todos sus espectáculos. Todos adoran su dinámica de trabajo. Pero nadie quiere pensar las obras más de un día y nadie quiere trabajar-ensayar ni siquiera durante un año y todos esperamos vivir del teatro cuando en principio sería únicamente una consecuencia de nuestra reafirmación personal frente al mundo.


6.- Hace varios meses, en el Centro Cultural Universitario, acudí a la peor obra que he visto desde hace mucho. Era la versión más pitera y pendeja de Antígona. Autor y director David Gaitán al que deberían colgar en sesión pública por imbécil. No bastándoles con el rotundo fracaso de aquella vez y como si algo le debieran, la han repuesto ¿qué sigue, otra con Pedro de Tavira? se dice "hagamos público" pero en las letras pequeñas se trata de hacer ignorante al público. Es la misma situación que Televisa con las telenovelas. La línea entre nuestra farándula televisiva y nuestra "intelectualidá" es cada vez menos distinguible :( claro, no habría problema si ambos fueran talentosos. No cabe duda que formar parte de las cofradías puede liberarnos de cualquier responsabilidad respecto a la mediocridad, al fracaso, a la falta de ética y vergüenza profesional.

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