Por David Alberto Pérez López
La
Temporada Teatral de Primavera 2014 de la Facultad de Filosofía y Letras está
por concluir, pero aún quedan un par de funciones sobre las tres obras que se
muestran. Abdicaciones es el caso que
ahora nos ocupa.
El
espectador ingresa a un espacio que está dispuesto a manera de teatro arena:
puede ocupar su lugar en cualquiera de las cuatro gradas que rodean el
escenario central, que se trata de una oficina de un despacho jurídico. Las
esquinas de este cuadrado también son espacios de los que se vale el
espectáculo para señalar la cama de una mujer atenta a su cuantiosa medicación,
el guardarropa en la habitación de una mujer ocupada en su apariencia dominada
por el color rosa, una apartada mesa de un bar en otra esquina y una cabina
radiofónica por último; estos dos pertenecientes a un par de hermanas que
ahondarán la cercanía de su relación en la obra. Desde el inicio las actrices
están interactuando en estos espacios de manera que introducen al espectador en
cada uno de sus mundos y cómo estos empezarán, después, a entrecruzarse.
El
texto, de Gloria Arellano y Fernando Narváez, revela los mundos intersectados
de estas cinco mujeres en los que cada una busca cumplir sus deseos y hacerse
oír por la otra. La obra ofrece una visión amplia de los distintos fragmentos
bajo los que pueden observarse las relaciones humanas actuales: escindidas,
banales, necesarias. De todo el espectro de la compleja interacción humana, Abdicaciones se ocupa de las renuncias
con las que el mundo femenino debate hoy en día para hacer escucharse. Gloria
Arellano también dirige la obra y deja ver estas relaciones con fluidez y con
transiciones logradas. Hay acciones simultáneas en los diferentes lugares, sin
desconectar la atención del público de la situación central; aunque para los
espectadores de las primeras filas el espacio que está al otro extremo de su
asiento no pueda ser visualizado del todo, por la presencia de ortos
espectadores, y el desarrollo de la escena sólo se atienda por las voces de las
actrices.
Noemí
Cisneros da cuerpo a una abogada despreocupada por los asuntos ajenos con gran
detalle y dominio. Rebeca Roa también consigue presentar con veracidad su
personaje, una modelo a quien le ocupan los momentos fútiles con gran confianza
y credibilidad en los otros personajes. Nandi Carmona se muestra entregada a su
papel y conduce con precisión la emotividad de su mujer hipocondríaca. Haría
falta más trabajo en las intenciones de Beatriz Bermúdez a quien llega a
sobrepasar Leilani Cruz en los momentos en que conviven ambas hermanas.
El
vestuario apoya al espectador para distinguir a cada personaje así como la
iluminación de Selena Peña concreta los diferentes espacios de la obra. También son acertados la escenografía
y el audio elegidos por la directora. La obra podría acrecentar su ritmo si se
busca una precipitación más contundente sobre el desenlace de los mundos de
estas mujeres y las renuncias que hacen unas por otras.
La
obra se presenta los viernes hasta el 16 de mayo a las 19:00 hrs en el
Aula-Teatro Escenario del Auditorio Justo
Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras.
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